Hay muchas maneras de revivir momentos y los recuerdos son uno de ellos.
Recuerdos que solemos de alguna manera bloquear porque sabemos que al traerlos al presente nos pueden remover todas nuestras emociones. Es cierto que todo tiene un tiempo para sanar. Muchas veces no sabemos cuánto nos pueda durar, porque si lo bloqueamos solo estamos ocultando ese sentimiento.
Algunas veces son recuerdos no tan buenos o difíciles de digerir por alguna situación en particular que nos tocó vivir sea en nuestra infancia, adolescencia o adultez y nos pueden tomar largos años para comprenderlos. Los que hemos vivido una infancia con momentos fuertes, y los que hemos experimentado un “Estado de Shock”, en respuesta a estos sucesos a modo de protección hemos bloqueado nuestras emociones o hemos preferido crecer de alguna forma en negación a esos momentos críticos de la vida. Pero cuando vamos haciendo conciencia de lo que pasó, es cuando nuestra realidad cambia, limpiando los anteojo y intentando procesar la información, muchas veces no deja de ser doloroso a pesar del tiempo que ha transcurrido pero aun así es necesario vivirlo para seguir transcendiendo aceptando que eso que viviste tenía que ser así.
Para ser quién eres en este momento de tu vida.
Y si hablamos de recuerdos bonitos, como el nacimiento de un hij@, como el reencuentro con algún familiar, ese abrazo que por años tuviste que esperar para ser dado, por ese amor que soltaste de manera voluntaria, pero que sabias que en ese momento estabas tomando una buena decisión para ambos, son recuerdos que se viven cada vez que hechas la mirada al pasado, ese pasado que abrazas y agradeces porque al igual que los recuerdo no tan buenos y difíciles te dejan grandes enseñanza y sabemos que eso nos generan una emoción de tristeza, pero los buenos nos generan nostalgia que aunque agradecemos eternamente lo que vivimos, en cada uno de ellos, a veces es bueno regresar ese lugar a ese momento con esas personas porque las emociones que nos hicieron vivir fueron tan plena, tan ricas, tan llenas de amor que siempre queremos repetirlas porque alimentan nuestra alma y nuestro corazón son eso momentos que vale la pena viajar al pasado para disfrutar y revivir esa emoción. Como dice Marian Rojas en su libro Cómo hacer te pasen cosas buenas “Los recuerdos tienen el poder curativo incluso mayor que las experiencias positivas en sí misma"
Los ciclos se cierran para así darle apertura a nuevas oportunidades, siendo capaz de comprender desde el amor, que ese recorrido fue perfecto y que empezamos a crear una nueva realidad llena de matices y así mostrando con sabiduría y discernimiento lo que la vida nos ha enseñado.
Hay una Frase de Albert Espinosa citada Libro "Si Nos Enseñaran a Perder Ganaríamos Siempre" Que en el lugar donde fuiste feliz jamás deberías de volver porque gracias a ese lugar vendrá uno mejor.
Y es cierto lo que dice en su cita porque los recuerdos no tan buenos o momentos difíciles nos ayudan a transcender y evolucionar como Ser, aceptando y entendiendo. Pero los buenos recuerdos, esos que llamamos bonitos quedan plasmado en nuestra alma llenando nuestro corazón queriendo vivir mucho más de ellos y mejores sin olvidarlos y agradeciendo para que lleguen mejoren.
Hanny Matheus.
Es un escrito extraordinario !
ResponderEliminar🥰❤️ Me encanta!
ResponderEliminarGracias por compartirlo
ResponderEliminarGracias a ustedes por leerme, feliz de seguir compartiendo para inspirar :)
ResponderEliminarHermoso ❤️✨💕
ResponderEliminarGracias! Inspiras y motivas 👏👏
ResponderEliminar